Pedagogía Hospitalaria

 

Pedagogía Hospitalaria.

En esta nueva entrada de blog, compartiremos el principal objetivo que buscamos conseguir a partir de Design For Change, proyecto educativo propuesto por el docente en la asignatura Fundamentos y Didáctica de la Historia. Por tanto, diremos que pretendemos llevar la mitología griega a hospitales infantiles y utilizar la misma como medio terapéutico para los niños y niñas hospitalizados, de modo que la hospitalización sea más llevadera. Para ello, aspiramos a enseñar los mitos de una forma totalmente lúdica y colaborativa a través de la combinación de la terapia narrativa, Mindfulness y arteterapia, permitiendo a los individuos involucrarse en el proyecto. En cuanto a la terapia narrativa, permitirá contar historias, pudiendo realizar semejanzas con su situación personal, actuando como medio terapéutico. La arteterapia es la terapia a través del arte que usa el proceso creativo para mejorar y realzar el bienestar físico, mental y emocional de los individuos. Referente al Mindfulness diremos que es la facultad de mantener una atención plena, proporcionándoles herramientas que les ayuden a controlar su respiración, así como la gestión de las emociones. Cabe mencionar que las actividades estarán diseñadas en función de las condiciones físicas y psicológicas de los niños y niñas hospitalizados. Seguidamente y antes de comenzar con el diseño de las actividades y la elección de mitos, vimos indispensable informarnos sobre la Pedagogía Hospitalaria. De esta manera, sabríamos la educación que reciben los individuos y de qué manera podemos llevar nuestra propuesta a cabo.

Primeramente, explicaremos que la Pedagogía Hospitalaria se considera como una derivación de la Educación Especial. Así pues, adapta la formación de los individuos hospitalizados, de modo que no se vea afectado su aprendizaje ni desarrollo integral, teniendo en cuenta sus condiciones físicas, psicológicas y sociales, provocadas por la enfermedad que sufren se encuentren en edad escolar obligatoria o no durante la hospitalización. Por tanto, la finalidad de dicha pedagogía es valerse de la situación de enfermedad y dolor del individuo como medio para educar al paciente.

Por lo tanto, dicha Pedagogía debe llevarse a cabo en las Aulas Hospitalarias que son las unidades escolares, ubicadas en el hospital, permitiendo la atención escolar de los individuos. Dichas aulas deben ser espacios flexibles en los que se contemplen las características del alumnado, realizando las adaptaciones pertinentes. Aquí son tratados aquellos niños y niñas que sufren enfermedades, trastornos físicos/psicológicos, lesiones u operaciones entre otras. Cabe destacar que dicho alumnado podrá tener corta (menos de quince días), media (entre quince y treinta días) o larga hospitalización (más de treinta días). Así, seguirán con su educación con normalidad.

Aquí, entraría en juego la labor docente que debe normalizar la vida y hospitalización del individuo, contactando regularmente con el centro educativo en el que está matriculado en el caso que lo haya. Asimismo, apaciguar el denominado síndrome hospitalario a través de actividades escolares. Otro aspecto relevante a destacar es que no es lo mismo pensar que hacer y, por tanto, el docente debe favorecer que el alumnado realice ambos aspectos de manera conjunta y guiar mediante la reflexión y el diálogo para que sepan cómo desarrollarlos. Otro aspecto muy interesante que, además está ligado con el primero, es guiar a cada estudiante a expresarse sin actuar sobre ellos, es decir, orientar al alumnado para que realicen todo lo que puedan de manera autónoma.  Pensamos que el docente tiene la obligación educativa de intervenir, aunque las decisiones finales se encuentren en cada persona. Dicha autonomía es necesaria en el ámbito profesional y académico del alumnado y, por tanto, el docente debe estar atento a las respuestas que ofrece, realizando una evaluación exhaustiva. Además, debe permitir en la medida de lo posible el contacto de los niños y niñas con sus iguales con situación similar, de modo que se sientan acompañados y comprendidos. De hecho, destacamos las aportaciones de Haller, Talbert y Dombro (1978) que mencionan que los docentes que se encuentran en las aulas deben controlar los distintos niveles, edades, situación y personalidad de cada uno. La experiencia en aulas, campamentos y sitios de recreo debe ser extensa. Las cualidades tales como la percepción y sensibilidad que permitan entender las necesidades educativas y emocionales de los sujetos son indispensables. Otro aspecto a tener en cuenta es la voluntad para trabajar en condiciones irregulares como son la suspensión de las rutinas, así como la capacidad de enfrentarse a la muerte y enfermedades.

Cabe destacar que el ingreso en un hospital conlleva una serie de cambios para los niños y niñas como es el hecho de alejarse de su entorno más próximo, de sus familiares, amigos y centros educativos. A todo ello, se le suma las molestias físicas y los perjuicios psicológicos que pueden conllevar que la modificación de su conducta. Por ello, es necesario que se realice un seguimiento llevado a cabo por el psicólogo infantil, mostrándoles sus fortalezas y debilidades. Esto les permitirá ser más conscientes de su situación y saber qué acciones podrán realizar y cuáles no son tan recomendables. A partir del diagnóstico y las condiciones físicas y psicológicas en las que se encuentre, podrá desarrollar ciertas actividades y prácticas que estimulen la expresión, comunicación y aprendizaje que les aproximen a su ambiente y hagan más amena dicho ingreso. De igual forma, es necesario que, aunque se le dé mucha importancia a su situación emocional y hospitalaria, no podemos olvidar que son niños y niñas y deben disfrutar de su infancia y que no es bueno hablar constantemente de su enfermedad. Por ello, es imprescindible que sigan interesados por sus hobbies e incluso busquen algunos nuevos, así como que continúen manteniendo contacto diario con sus familiares y amigos. De este modo, podrán realizar acciones ya presentes antes del ingreso, normalizando la situación.

Además de los/las docentes y los individuos hospitalizados, la Pedagogía Hospitalaria también trata a los familiares de dichos individuos. De este modo, tendrán las pautas, herramientas y apoyo psicológico para que se vean capacitados para acompañar y cuidar a sus hijos e hijas, estando al tanto de la evolución de la enfermedad e incluso entendiendo que pueden surgir complicaciones tal y como menciona Polaino-Lorente (1990). De hecho, se debe prestar especial atención para que no se compadezcan con los niños y niñas y terminen realizando sus tareas encomendadas, negándoles autonomía y, por tanto, su desarrollo integral.

Consideramos que durante el proceso de ingreso es necesario que los familiares, docentes e individuos hospitalizados tengan la voluntad, formación e información necesarias para enfrentarse a la situación particular, enfermedad y, en ocasiones, la muerte. A esto le sumaríamos la necesidad de tratar y desarrollar la capacidad de resiliencia que se trata de la adaptación positiva de los individuos a situaciones adversas. Por tanto, es la capacidad de evolucionar, resistir y proyectar que permite reestructurar una situación de una forma constructiva. Dicho hecho, se puede trabajar a través de la terapia narrativa, ejercicios de Mindfulness o arteterapia que hemos mencionado anteriormente. En este sentido, nos gustaría destacar un pequeño relato que podrá tratar el docente o familias con los individuos. Esta habla de una mujer muy sabia a la que cada mañana se le presenta una situación y responde de una forma única:

Una mujer muy sabia despertó una mañana, se miró al espejo y notó que solamente tenía tres cabellos en su cabeza.

“Hmmm”- Pensó. “Creo que hoy me voy a hacer una trenza”.

Así lo hizo y pasó un día maravilloso.

El siguiente día se despertó, se miró al espejo y vio que tenía solamente dos cabellos en su cabeza.

“Hmmm”- Dijo. “Creo que hoy me peinaré con la raya en medio”.

Así lo hizo y pasó un día grandioso.

El siguiente día cuando despertó, se miró al espejo y notó que solamente le quedaba un cabello en su cabeza.

“Bueno”- Dijo ella, “ahora me voy a hacer una cola de caballo”.

Así lo hizo y tuvo un día muy, muy divertido.

A la mañana siguiente cuando despertó, corrió al espejo y enseguida notó que no lo quedaba un solo cabello en la cabeza.

“¡Qué bien! – Exclamó. “¡Hoy no voy a tener que peinarme!

Relatos como estos favorecen la resiliencia. No obstante, también se deben tomar en consideración factores personales que favorezcan la misma como son la competencia social, el sentido del humor y la resolución de problemas. Referente a los factores del entorno serían la aceptación, el afecto y los apoyos del entorno próximo. 

Para concluir, mencionaríamos que nos llamó especial atención la noticia de Madrid Diario de Asís Benito, un paciente palentino de Oncología Infantil del Hospital Niño Jesús. Con doce años le dieron una esperanza de vida de nueve meses debido a un cáncer. Por tanto, tanto su vida como la de su familia cambió completamente al tener que mudarse a Madrid para poder recibir tratamiento en el Hospital Niño Jesús. Este sufrió cuarenta y dos sesiones de quimioterapia y su único alivio era dar un paseo en el Retiro durante la hora y media que tenía libre. Su madre relata que lo más duro fue el aislamiento, asegurando que el apoyo de su familia y amigas era primordial. Aunque, la situación a la que se enfrentaron fue adversa, Asís seguía soñando con viajar en caravana por todo el mundo. Además, no le faltó sentido del humor, ya que decía que su falta de pelo era culpa del barbero que no entendió qué corte de pelo quería. Las últimas noticias, año 2019,  constatan que dicho diagnóstico se aleja de la realidad, puesto que Asís ha vuelto a Palencia, aunque asiste al Hospital de vez en cuando  para  recibir un tratamiento experimental que le  permita eliminar  el cáncer. 

Figura 1

Asís Benito, paciente de oncología infantil del Hospital Niño Jesús

Referencias:

Alonso, L., García, D., & Romero, K. (2006). Una experiencia de pedagogía hospitalaria con niños en edad preescolar. Educere10(34), 455-462.

Haller, J. A. (H), Talbert, J. L. & Dombro, R. H. (1978). El niño hospitalizado y su familia. El Ateneo.

Hawrylak, M. F. (2000). La pedagogía hospitalaria y el pedagogo hospitalario. Tabanque: revista pedagógica, 15, 139-150.

Lorente, A. (2019). La fuerza que se esconde en Oncología Infantil del Hospital Niño Jesús. Madridiario. https://www.madridiario.es/la-fuerza-que-se-esconde-en-oncologia-infantil-del-hospital-nino-jesus

Polaino-Lorente, A. (1996). La discontinuidad. Un estudio desde diversos enfoques. Pedagogía hospitalaria: la discontinuidad en la vida del niño enfermo y hospitalizado. Actas del Seminario Europeo de Pedagogía Hospitalaria, 35-46.

Ruiz, S. (2021). La Pedagogía de la muerte. Documento no publicado, Facultad de Educación, Universidad Complutense de Madrid.


Autoras:  Carla Navarra,  Carla Ortiz, Lorena Rabazo, Sofia Salto, Celia Sanz & Mara Torres.

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